Unas reflexiones a bote pronto. Porque se cansa uno de oír las consignas de turno. Porque hablamos de manipulación y mientras nos manipulan. Porque la corrección política no lleva billete de vuelta.
1 – España no la “inventó” Franco. Existe un conjunto enorme de prejuicios, especialmente entre los ciudadanos que se consideran de ideología progresista o de izquierdas, que hace que algunos proclamen con orgullo que no les importa si España desaparece como país y otros que buscan decididamente que esto ocurra. No existe otro país que sufra tanto desafecto por parte de sus propios ciudadanos.
2 – Mientras no se demuestre lo contrario España es un estado, un país, una nación; no es un estado “plurinacional” ni nada parecido, como no lo son Alemania, Italia, Francia o Polonia, por ejemplo. Las diferencias que existen entre unas partes del país y otras no son mayores que las que hay entre unas y otras partes de cualquiera de esos países, por ejemplo, y en cualquier caso, es mucho más lo que compartimos todos los españoles, les guste o no reconocerlo a algunos, que lo que nos diferencia y separa.
3 – No es “progresista” la idea de dividir el territorio en base a identidades históricas, culturales o lingüísticas. Recurrir a estas alturas a esencialismos identitarios es volver a siglos pasados, es algo obsoleto y retrógrado. Querer definir la ciudadanía según la pertenencia o no a una raza, cultura, hablar un idioma o el color de la piel está asociado claramente y desde hace mucho tiempo a posiciones ideológicas de corte totalitario y fascista.
4 – Ciertamente nuestra Constitución necesita una puesta al día, pero habrá que hacerla buscando el mayor consenso posible entre las distintas fuerzas políticas del país, de forma sosegada, disciplinada y meditada, y con vistas al bien general común de todos los ciudadanos, no según los intereses de unos cuantos.
5 – Cataluña jamás ha sido un país independiente; su historia está ligada al nacimiento de España con la unión de los reinos de Castilla y Aragón (entre otros). Cataluña goza de un gobierno autónomo desde hace más de 30 años; disfruta de unas competencias que no poseen muchos de los territorios con autogobierno de otros países. Ni ha sido ni es una colonia de ningún otro país. Sus ciudadanos no padecen ningún tipo de recortes en sus derechos y disfrutan de libertad, justicia, etc., ni más ni menos que el resto de los ciudadanos del país.
6 – No es cierto que Cataluña ceda al resto del país más de lo que recibe. La contribución a hacienda se hace, y así se debe contemplar, individualmente, considerando ciudadano a ciudadano, no los territorios. De hecho Cataluña es una de las regiones más ricas del país, por lo que no puede extrañar que la recaudación allí sea mayor que en otras regiones de España.
7 – El derecho a decidir de los ciudadanos de Cataluña no puede conculcar el derecho a decidir del resto de ciudadanos de España. Llevando la situación al extremo en el que estuviera en juego la integridad de estado, no debe caber ninguna duda de que el derecho a decidir correspondería a todos los ciudadanos y no a unos cuantos. ¿Por qué habría que dejarse el futuro del país en manos de los ciudadanos de una parte de su territorio?
8 – La izquierda política se ha caracterizado históricamente por sus ideas democráticas, progresistas y de defensa de los derechos ciudadanos. Es ciertamente lamentable contemplar la pérdida de orientación de los partidos de izquierdas en nuestro país y su deriva hacia posiciones ideológicas que nunca han tenido cabida en un ideario con ese nombre.
9 – Lecturas recomendadas, entre otras:
* No te prives. Defensa de la ciudadanía, de Fernando Savater. (2014)
* Contra Cromagnon. Nacionalismo, ciudadanía, democracia, de Félix Ovejero Lucas. (2006)
* El asedio a la modernidad, de Juan José Sebreli. (2013)
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